Catedrales de Claudia Piñeiro





La última novela de la escritora argentina Claudia Piñeiro, “Catedrales”, un alegato en contra de la represión que ejercen “todas las religiones” y la familia sobre la libertad de las mujeres, ha llevado a su autora a ganar el Premio Dashiell Hammett en la trigésimo cuarta Semana Negra de Gijón.

Tras recibir el premio, la argentina ha dedicado el galardón «a las mujeres que en todo el mundo luchan por ser iguales al resto de personas del planeta».


Piñeiro (Burzaco, Buenos Aires, 1960) presentó la obra en el festival literario como su condena hacia el “fanatismo” religioso en forma de thriller basado en la historia de una familia que busca respuestas a un crimen sin resolver cometido treinta años antes.

“El fanatismo está presente en todas las religiones y, aunque creamos que es algo de culturas de países lejanos, está muy cerca de nosotros y afecta a la vida cotidiana”, ha dicho la autora de «Catedrales» (Alfaguara).

Ha escrito “Catedrales”, su décimo sexta novela, con la intención de romper “los estereotipos” y la “hipocresía” de una sociedad que adapta los valores a conveniencia y está dirigida por hombres.

La novela parte del hallazgo del cadáver de una joven de 17 años, Ana, descuartizada y quemada, sin que se sepan las circunstancias de su muerte treinta años después, cuando su familia continúa buscando unas respuestas que la administración del Estado no le da.

A partir del caso policial sin resolver, la autora se adentra en los distintos personajes de la familia, en la que cada uno con sus creencias religiosas o su falta de fe condiciona la vida del resto.

La escritora, ganadora del Premio Pepe Carvalho de novela negra 2018, por decisión unánime del jurado que la consideró “un referente ético y literario” y galardonada con el Clarín y el Sor Juana Inés de la Cruz, por “Las viudas de los jueves” (2005) y “Las grietas de Jara (2009), respectivamente, competía por el Hammett 2021 con Lorenzo Silva, Alberto Gil, Elía Barceló y Marta Sanz.

Reconocida por su posición favorable a la legalización del aborto y defensora de los derechos de la mujer, la escritora ha dicho que le “subleva” que la religión se meta con la vida personal de las personas y que los políticos utilicen a las mujeres como “moneda de cambio” en sus propios “tejes y manejes”.

En su opinión, la Iglesia debe limitarse a explicar el dogma y no intervenir en las decisiones personales de la gente, pero para los líderes religiosos “todo es dogma y deberían ser más responsables”.

“Me da mucha bronca que el papa Francisco diga que el aborto es un delito de guante blanco o que defienda los valores de una sociedad patriarcal, en la que casi todas las decisiones son tomadas por hombres”, ha dicho.



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