La buena suerte de Rosa Montero

La tertulia de este libro será el 18 de octubre a las 20 h.

en la Biblioteca Pilar Barnés

Libro y Audiolibro disponible en eBiblio Murcia



Rosa Montero nació en Madrid y estudió periodismo y psicología. Colaboró con grupos de teatro independiente, como Canon o Tábano, a la vez que empezaba a publicar en diversos medios informativos (Fotogramas, Pueblo, Posible).

Desde finales de 1976 trabaja de manera exclusiva para el diario El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981.

En 1978 ganó el Premio Mundo de Entrevistas, en 1980 el Premio Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios y en 2005 el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid a toda una vida profesional.

Leer a Rosa Montero es hacer una apuesta segura. No solo por su capacidad de inventar historias y darles formas magistralmente, sino por lograr que se queden remoloneando por tu cabeza mucho tiempo después de haber concluido su lectura. Por eso, no dudé en hacerme con su nueva novela nada más salir y, aunque estaba deseando ponerme con ella, las lecturas acumuladas me impidieron hacerlo hasta ahora.

¿Qué decir de «La Buena Suerte»? La sinopsis dice lo suficiente para presentar la historia, ya nos habla de Pablo, el eje conductor de la trama, y nos menciona a Raluca, el personaje estrella, para mí, de toda la novela.

Tenemos una novela de personajes. Personajes perseguidos por dilemas morales; a los que la culpa impide caminar como debieran; que dejan todo atrás para empezar, no de cero, sino fingiendo estar en otra parte, en otro cuerpo; gente que ha ido viviendo lo mejor que sabe con las cartas que la vida le repartió; personajes que pueden sonreír y hacer posible que lo hagan los demás a pesar de todo. Personajes que se dejan arrastrar por el lado más oscuro de la vida porque no tienen otra opción, eso dicen, personajes que no saben o no quieren dejar atrás lo que son.

Es una obra sobre el Bien y el Mal, así en mayúsculas. Ese Bien y ese Mal del que somos responsables, a los que tenemos el poder de otorgarle la fuerza y el poder de las mayúsculas. Esa dualidad inherente a los actos que reprimimos, o que no evitamos, a los silencios de girar la mirada cuando no somos capaces de tender una mano. Y también a lo que sucede cuando nos atrevemos a ver al otro, a ver más allá de las paredes y del miedo de otros.

No negaré que ha habido algunas páginas que me removieron mucho por dentro, y es que, Rosa Montero, narra hechos que pueden ser conocidos por algunos de nosotros, porque son reales, y que nos muestran el verdadero Mal, ese que, por desgracia, sabemos que existe, esa oscura y densa sombra que recubre a algunos seres que se hacen llamar también humanos pero que carecen de toda humanidad. Y para mí, toparme con esa realidad, me inquieta, me aterroriza y me da un golpe tan certero que el escalofrío rápido y espeluznante es inevitable.

Sin embargo, para compensar, tenemos a Raluca, una mujer maravillosa, un personaje que amas desde el momento uno, porque, simplemente, es inevitable no hacerlo. Como contraste a todo ese mal que sabemos que se esconde entre nosotros, también es esperanzador saber que hay gente como ella, porque la hay. A Raluca la vida no se lo ha puesto fácil, ni mucho menos, y tiene cicatrices en el alma y en la piel para demostrarlo, pero lo extraordinario es ir averiguando el poder que ella le ha dado a todo eso conforme avanzamos en la lectura. Tener a una Raluca en tu vida es contar con una nueva perspectiva del mundo, incluso del mundo más feo, es saber que no hay excusas para no hacer el bien, para no ser buena persona, salvo que no quieras serlo. Es una perspectiva maravillosa.

A lo largo de la novela se van intercalando capítulos desde la visión de diferentes personajes, lo que hace que tengamos una mirada más amplia de todo lo que está pasando, lo que les está pasando. Son cortos, algunos de poco más de una página, escritos con un lenguaje directo y ágil, lo que hace que la novela no se haga pesada. Todo eso, junto con la intriga de descubrir que ocurrirá en el pequeño y moribundo Pozonegro, hacen que la novela vuele entre tus manos.

En resumen, si te gustan las buenas historias, esas que te intrigan, de las que te llevan de la mano con ansia, esas que se quedan contigo tras el punto final, las que te remueven y te hacen pensar, no debes dejar de leer La buena Suerte. Porque la suerte es una cuestión de perspectiva ¿no crees?, de ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Y encima, Rosa Montero no reniega a la tilde del «sólo» no sé qué más puedes pedir…




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