El vagón de las mujeres de Anita Nair



La tertulia de este libro será el 11 marzo a las 19,30 h.

en la Biblioteca Pilar Barnés



Anita Nair nos lleva a su país, la India, tan diferente al de cualquier lector occidental, pero con una prosa fresca, sencilla, amena, hace que este viaje merezca mucho la pena. Nos permite conocer cómo es la vida en distintos lugares de la India actual, sus costumbres, su gastronomía, la dura vida de la mujer en ese país... La autora nos hace ver todo esto a través de la vida de cinco mujeres que un día, por casualidad, coinciden en el tren, cuando todavía en la India las mujeres viajaban en vagones separadas de los hombres. Durante ese viaje en tren, todas van relatando sus vidas con el único propósito de ayudar a Akhila, de 45 años, sin esposo y sin hijos, a tomar una decisión que le permita reorientar su vida. Una vida que no avanza, que no va por los cauces que ella esperaba. Por ser la primogénita, cuando murió su padre, ella tuvo que hacerse cargo de su familia. Sacrificó su juventud, sacrificó su amor... Y ahora, cuando mira lo que tiene, lo que ha conseguido de la vida, no está satisfecha. Sus hermanos están casados, su hermana está casada pero a pesar de ello no se separa de ella. Vive con Akhila junto a toda su familia y hace creer a todo el mundo que es ella la que lleva la casa hacia delante. Incluso hace creer a la propia Akhila que, sin ella y su familia, no existe otra vida para ella. La presión a la que la somete es enorme. Y Akhila lucha por tener el coraje suficiente para soltarse de esa cadena que para ella supone tanta responsabilidad que no ha buscado. Una responsabilidad que no cree que sea suya. Y el subirse a ese tren responde a un momento de valor, a un momento de rebeldía contra esa sociedad que le ha impuesto un papel que no quiere interpretar.

En el vagón escuchará la historia de Janaki, una anciana felizmente casada. Su historia es muy bonita. Aunque su boda fue una boda pactada, tuvo suerte y encontró en su marido a una persona que la quiere, que la respeta y que, en ningún momento, pone en cuestión su autoridad, que es lo realmente típico en este país. Una historia totalmente opuesta es la de Margaret Shanti, profesora de química y casada con el director del colegio en el que trabaja, Ebenezer. Un hombre cruel y déspota, acostumbrado a ser el centro de atención y a controlar cualquier aspecto de su vida. Lo más sorprendente de esta historia es el modo en que Margaret compara a todo el mundo con elementos químicos. Y sus argumentos para hacerlo convencen.

La siguiente historia es la de Sheela, una joven de 15 años que empieza a percibir la diferencia de trato en su familia desde que ha dejado de ser una niña. Ahora las reprimendas por su comportamiento son más continúas. Además, parece ser la única que comprende a su abuela, que se está muriendo y la única que busca satisfacer sus deseos, aunque eso le valga más de una bronca.

Prahba Devi es otra de las mujeres que suben al vagón. Su mentalidad es más abierta de lo que la sociedad hindú permite y su viaje a EEUU la abre a un mundo de posibilidades que en su tierra no puede cumplir.

Y por último, la historia más trágica de todas, la de Marikolanthu. Todos sus sueños y esperanzas se desvanecen el día que... Bueno, me voy a quedar aquí, que voy a desvelar ya mucho la trama.

¿Qué hará Akhila tras escuchar la historia de todas estas valerosas mujeres? ¿Será capaz de tomar las riendas de su vida? Quizás sea en esto donde la autora ha fallado un poco. No esperaba que la decisión de Akhila fuera precisamente la que toma. Pero en líneas generales, este viaje en tren por un mundo tan atractivo como el hindú, merece la pena. Nos introduce en la cultura hindú de una forma tan suave y sencilla que no se hace nada pesado. Y lo explica todo tan bien que somos capaces de comprender perfectamente por qué estas mujeres actúan como actúan.

Como curiosidad decir que al final del libro hay un anexo con las recetas de las distintas comidas que van apareciendo a lo largo del libro. Alguna me he anotado para probar. A ver cómo me sale.



Fuente: mislecturas



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