Desencajada de Margaryta Yakovenko




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El exilio, la emigraciĆ³n voluntaria o la herencia de tener padres migrantes son elementos que otros paĆ­ses han sabido articular dentro de sus narrativas, y asĆ­ nombres como el de Hanif Kureishi (hijo de paquistanĆ­) o Zadie Smith (hija de jamaicana) se inscriben por derecho propio en la tradiciĆ³n literaria inglesa, como en la francesa lo hacen Marie NDiaye (hija de senegalĆ©s), entre otros.

En EspaƱa esas voces mixtas, esas personalidades nacidas entre dos aguas que hablan espaƱol en la escuela o en el trabajo y chino o ruso o Ć”rabe con sus familias, luchan por hacerse oĆ­r. Carlos Pardo, en su reseƱa del libro de Margaryta Yakovenko para El PaĆ­s, afirma que los libros escritos por los hijos de la inmigraciĆ³n van a dar un nuevo impulso a la literatura espaƱola.

La opera prima de Yakovenko, influida por la ficciĆ³n de Zadie Smith, la lĆ­rica de Anne Carson o el periodismo de Svetlana Aliexevich, sobresale particularmente por su capacidad de enredar una historia subjetiva en un complejo tejido sociopolĆ­tico, y por la singular naturaleza de su narradora: cautivadora tanto por su fragilidad como por su contundencia.

En su novela, Margaryta Yakovenko, nos cuenta una experiencia de migraciĆ³n surgida no de una guerra ni de una persecuciĆ³n polĆ­tica o religiosa, sino de la necesidad de huir de la miseria, el sueƱo de prosperar. Narra de una manera esplĆ©ndida, en primera persona, lo sentido y vivido por una joven ucraniana muy parecida a ella misma, Daria, que se convierte en ciudadana espaƱola a los 27 aƱos, tras pasar 20 viviendo aquĆ­. La autora apuesta por la cercanĆ­a biogrĆ”fica entre ella y la protagonista, hasta el punto de que buena parte de la magia de esta primera novela estĆ” en el nacimiento de una peculiar percepciĆ³n, de una escritora con una indudable autoridad en la voz.

Carlos Pardo nos advierte de que quizĆ” sintamos cierta confusiĆ³n al encarar las primeras pĆ”ginas de la novela por su aire generacional, cierto romanticismo minimal, pronto nos vamos a encontrar ante un libro mĆ”s arriesgado, personalĆ­simo: la lectura avanza en breves capĆ­tulo que funcionan casi como ensayos, digresiones que expanden la trama y regresan con el cierre en alto. Son variaciones sobre una misma obsesiĆ³n: desentraƱar la nostalgia.

El tenue hilo argumental favorece este avance en zigzag, desvelando unas ambiguas verdades interiores. AsĆ­, el paralelismo entre la ruptura amorosa y la pĆ©rdida de un hogar o mĆ”s bien la ficcionalizaciĆ³n de la pertenencia, se convierten en piedras de toque de una identidad perdida. Ā«La Ucrania a la que creo pertenecer muriĆ³ en cuanto yo me fui de allĆ­ y ahora es un lugar mitolĆ³gico que solo yo recuerdo.Ā»

Desencajada no es, sin embargo, un regreso ensimismado a un lugar inexistente, narra, desde una perspectiva poco habitual, las diferentes perspectivas de la crisis segĆŗn desde el lado de la sociedad del que se habla: Ā«Tras la crisis de 2008, mi generaciĆ³n pasĆ³ a tener una vida peor que la de sus padres a su edad. No es mi caso. Los hijos de los migrantes siempre viven mejor que sus padres porque son la clase mĆ”s baja de la escala social.Ā»

Yakovenko combina la precisiĆ³n estilĆ­stica con una sorprendente sabidurĆ­a emocional. La protagonista, como muchos de los hijos de emigrantes, debe crecer de forma acelerada, madurar y hacerse responsable de su propio bienestar, ante la ausencia de unos padres abrumados por los muchos trabajos que deben realizar para sobrevivir. Acaba viviendo en una soledad totalmente impuesta y difĆ­cil de asumir.

La escritora desentraƱa las dificultades sociales, econĆ³micas y emocionales que supone integrarse en un nuevo paĆ­s guardando un difĆ­cil equilibrio entre el desgarro y la falta de victimismo. A esto se aƱade la responsabilidad moral que supone para ella no decepcionar a sus padres y lograr, con su esfuerzo y pese a las dificultades, la mejora social y econĆ³mica que sus padres perseguĆ­an al emigrar y que no han podido lograr. Probablemente, de esta exigencia quizĆ” desmedida surja la piedad con la que la narradora trata a los personajes, en especial a los dos padres, y la inclemencia, la dureza, con que habla de sĆ­ misma.

En resumen, el libro es un relato autobiogrĆ”fico rebosante de tristeza, nostalgia y humor, que retrata certezas como que el lugar del que te vas y al que regresas nunca es el mismo, que las palabras que mejor retratan a EspaƱa son Ā«maƱanaĀ» y Ā«poco a pocoĀ», y que jamĆ”s te va a abandonar una palabra que aprendiste de niƱa: odinochestvo. Soledad.


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